EL COMPORTAMIENTO Y LA
CONDUCTA UNA EN LA
RED.
RELACIONES INTERPERSONALES: VIRTUALES Y
PRESENCIALES
La omnipresencia de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC) en la sociedad actual es una realidad innegable. Éstas han traspasado la
frontera de lo científico-militar, para instalarse como elementos
imprescindibles en el contexto empresarial, sanitario, escolar, familiar y en
las relaciones sociales de ocio y
entretenimiento, especialmente de los más jóvenes. Hay quienes responsabilizan
a las TICs de los males sociales
acontecidos en estas décadas. "Junto a estos espectaculares avances en los
medios de comunicación, que deberían
haber supuesto un mayor conocimiento mutuo de los pueblos y un creciente
acercamiento y comprensión entre ellos, asistimos, por el contrario, a
conflictos interétnicos, religiosos, políticos, etc., de tal dureza, que nos
retrotraen a épocas de la historia que considerábamos definitivamente
olvidadas" (Ortega y Mínguez, 2001, 41).
Sin negar el papel que las TICs
hayan podido desempeñar en la resultante de los cambios experimentados en los
estilos de vida y en las problemáticas emergentes, es necesario tener en cuenta
que esta revolución tecnológica no es el elemento exclusivo que explica las
connotaciones y manifestaciones de dicha Sociedad, en tanto que sólo constituye
un mero pilar, inevitable para evitar el desmoronamiento de la estructura social (Wolton, 2000;
Simone, 2000). Además de la revolución tecnológica, Castells identifica como
pilares de la sociedad informacional la economía global y el cambio cultural,
manifestado por el ecologismo y el feminismo.
Partiendo de estas premisas, nos
centraremos en el análisis de las relaciones interpersonales que los jóvenes mantienen a través de las TICs,
considerando como tales el teléfono móvil, el ordenador, las videoconsolas e Internet. Asimismo trataremos de dar
respuesta, entre otras, a las siguientes cuestiones: ¿Qué tipo de interacciones
se dan en Internet?, ¿En qué se
diferencian de las físicas? ¿Se relacionan los jóvenes de manera diferente a
través de la red? ¿Cuáles son los
principales riesgos de las relaciones interpersonales
en red? ¿Es Internet una causa de aislamiento entre los jóvenes?...
TEMAS:
1.1. ¿Qué entendemos por relaciones interpersonales?
1.2. ¿virtualidad o presencialidad?
2. RIESGOS DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN LA RED.
2.1. Superficialidad y falsas identidades.
2.2. Acoso escolar en la red. Ciberbullying.
2.3. Pornografía Infantil.
2.4. Ciberadicción.
4. PROPUESTAS EDUCATIVAS PARA FAVORECER RELACIONES ON-LINE SALUDABLES.
1.1. ¿Qué entendemos por relaciones interpersonales?
Antes de adentrarnos en el
polémico debate sobre la calidad de las relaciones virtuales, y el inevitable
análisis comparativo de éstas con las presenciales, consideramos necesario
abordar el concepto de relaciones interpersonales
independientemente de cualquiera de las modalidades que éstas puedan adoptar.
En este sentido, cabe señalar que existen multitud de definiciones sobre el
significado de relaciones interpersonales,
de hecho, podríamos afirmar que cada persona, en función de su experiencia de
vida, sus valores, su cultura y su moral, podría proporcionar una concepción al
respecto. La definición más simple, quizás también la más generalizada y común,
es la de referirnos a las relaciones interpersonales
como la interacción recíproca entre dos o más personas. En esta misma línea,
podemos decir que las relaciones interpersonales
son el conjunto de contactos que tenemos los seres humanos como seres sociables
con el resto de las personas. Estas relaciones son esenciales en el ser humano
que nace biológicamente incapacitado para valerse por si mismo, requiriendo de
las atenciones de los adultos hasta alcanzada la edad adulta. Son precisamente
las relaciones interpersonales las
que nos permiten crecer como individuos, respetando la forma de ser de los
demás sin dejar de ser uno mismo.
Desde la pedagogía de la
alteridad, las relaciones interpersonales
son consideradas como la capacidad de desarrollarse íntegramente a través del
otro, pues sólo en la relación con el otro encontramos sentido a las vivencias personales y sociales. De manera que el otro, cercano o lejano, es vital para el
desarrollo de uno mismo. Por lo tanto, a pesar de que la capacidad de
relacionarnos con los demás es una habilidad con la que nacemos, debemos de
desarrollarla y perfeccionarla a lo largo de toda nuestra vida, para conseguir
hacer de esos contactos una fuente de crecimiento personal, respetando siempre
la forma de ser de los demás, con sus defectos y sus virtudes, sin dejar por
ello de ser nosotros mismos.
Existen diversos tipos de relaciones
interpersonales en función de ámbito
o contexto en el que se produzca la interacción. De este modo, podemos hablar
de relaciones interpersonales en el
núcleo familiar, en el contexto escolar, en el laboral, relaciones de amistad,
vecinales,... Las primeras relaciones interpersonales
tienen lugar en el contexto familiar, y gracias a ellas, la persona va
construyendo su identidad, su sociabilidad, su comportamiento, ya que va adquiriendo creencias y hábitos
conductuales difícilmente sustituibles. En palabras de Ortega y Mínguez (2001)
el hábitat natural por excelencia para la educación en valores, es la familia,
pues las relaciones afectivas que en ella se establecen no tienen comparación
con las establecidas en otras instituciones, ni siquiera en la escuela.
Por otra parte, desde el punto de
vista empresarial, las relaciones interpersonales
se entienden como la capacidad que tiene la persona de cooperar y trabajar con
sus compañeros, estableciendo una meta a conseguir y organizando el trabajo
diario para no entorpecer el desempeño profesional de otros. Mientras que las
relaciones entre compañeros debe estar basada en el respeto, la cordialidad, la
gratuidad, la confianza, cooperación; la mayoría de las relaciones
jefe-empleado se apoyan en la efectividad, productividad, utilidad, obediencia,
pues sigue el modelo jerárquico de dominación-sumisión, a pesar de ser
considerado inadecuado para el establecimiento de unas buenas relaciones interpersonales, derivando en
situaciones de estrés laboral (burnout), mobbing o acoso laboral,
insatisfacción, problemas de autoestima, e incluso agresiones. En ocasiones,
las relaciones profesor-alumno han imitado este modelo empresarial de autoridad
máxima y jerarquía que ha favorecido poco a la educación.
Por último, si a esta forma de
entender las relaciones interpersonales
sumamos los avances tecnológicos imperantes en nuestra sociedad desde hace unos
años, podríamos establecer dos formas de interactuar, de modo que hablaríamos
de relaciones interpersonales
presenciales y virtuales, las cuales definiremos y caracterizaremos en el
siguiente apartado. No obstante, independientemente del tipo de relación
interpersonal que establezcamos, ya sea presencial o virtual, personal o
profesional, la comunicación es la
herramienta que posibilita el contacto con los otros, el entendimiento o
enfrentamiento, el amor o el odio. "La interacción es escenario de la comunicación, y a la inversa. No existe
una sin la otra. En el proceso de comunicación
los sujetos proyectan sus subjetividades y modelos del mundo, interactúan desde
sus lugares de construcción de sentido" (Rizo, 2005). Por eso algunos
definen las relaciones interpersonales
como la comunicación que se
desarrolla o se entabla entre una persona y el grupo cercano al que pertenece.
En este sentido, el modo en que
nos comunicamos con los otros va a determinar si se trata de una relación
interpersonal adecuada y saludable, o por el contrario, inadecuada y
perjudicial en el desarrollo personal del individuo. No sirve cualquier forma de
comunicación para establecer
relaciones interpersonales, sino que
debe ser un diálogo basado en el respeto, la cordialidad, la confianza, la
sinceridad, un diálogo de acogida, de aceptación, pues sólo así podremos
establecer vínculos afectivos y de unión con el otro. La proliferación de la
violencia en la sociedad y a su vez en las relaciones interpersonales "hace imprescindible la necesidad de un
diálogo que permita desechar el monólogo y todas las formas de exclusivismos:
culturales, religiosos, económicos, raciales, etc. (…) El diálogo es búsqueda,
no tranquila posesión de la verdad. El diálogo es reconocimiento de la dignidad
del otro como interlocutor y donación o entrega de como experiencia de vida. El
diálogo es encuentro con el otro."(Ortega y Mínguez, 2001, 42).
1.2. ¿virtualidad o presencialidad?
En poco tiempo la red se ha encontrado plagada de
millones de personas escribiéndose, mandándose mensajes, hablando o jugando en
la red. Estas son algunas de las
interacciones que los cibernautas mantiene online, ya que Internet posibilita una gran diversidad de situaciones
comunicativas, ya sea a través del correo electrónico, de las páginas Web (como
por ejemplo los diarios personales o
weblog), los juegos en la red, la
discusión en grupos (chat) o con personas
previamente autorizadas (mensajería instantánea).
Según el estudio sobre las TICs
en los hogares españoles realizado por el Observatorio Redes (2006), el 84% de las viviendas disponen de telefonía móvil,
utilizándolo principalmente para comunicarse a través de llamadas, mensajes de
sms y descargar melodías. En lo que respecta a Internet, la mayoría de usuarios suelen conectarse en sus casas y
en el trabajo, además, manifiestan que es sencillo de utilizar y cubre sus
expectativas. Por otra parte, los usuarios acceden a la red con distinta motivación, presentando una actitud muy alta en lo
que respecta al uso referido a la educación (3,87 sobre 5) y en menor medida
para relacionarse socialmente (2,97).
Los cambios introducidos por las
TICs nos lleva a los profesionales de diversos ámbitos: empresarial, legal, socialy educativo entre otros, a
formularnos nuevas preguntas a las que buscar respuesta. Si algo preocupa a los
educadores actuales (padres y profesores) es el aumento de las relaciones interpersonales virtuales en detrimento
de las presenciales. Por eso algunos estudios se han centrado en el estudio
comparativo entre ambas para mostrarnos las características de unas y otras,
tal y como se muestra en la siguiente tabla (Tirado y Gálvez, 2002) ( ):
Las nuevas tecnologías favorecen
procesos de interacción que transcienden los límites que marcan las coordenadas
espacio-temporales, tratándose de individuos aislados que se relacionan
comunicativamente en un espacio virtual. Para algunos (Lipovetsky, 1983 cit en
Tirado y Gálvez, 2002) este contexto de superabundancia de información y de
navegantes en red con los que
interactuar promueve la superficialidad y el desapego en las relaciones, pues
lo niveles de atención y la disponibilidad de tiempo destinado a las mismas se
ve necesariamente reducido,
dificultando el poder intimar y alcanzar niveles altos de confianza. Las
revoluciones tecnológicas amplían nuestro mundo social, lo que implica nuevos
niveles de relaciones interpersonales
en las que intervienen esquemas valorativos y normativos de los individuos en
contacto virtual (Tirado y Gálvez, 2002).
Para otros (Wellman, 2001) cuando
más red socialse tiene, más se utiliza Internet,
cuánto más se utiliza, más se refuerza la red
física que uno tiene, denominado a su teoría sobre las relaciones en la red:"cuánto más, más".
Además, Internet facilita las
interacciones sociales estableciendo
comunidades personalizadas construidas en torno a intereses concretos y en las
que la distancia no tiene por qué ser un factor determinante (Castells 2000).
Pero Internet no sólo ayuda a mediar
en las relaciones on-line , como
recoge Ribas (2004) en su artículo, también refuerzan las interacción off-line (presenciales), y los
cibercafés son un ejemplo claro de esto, pues aunque son salas en las que se
respira un cierto aire de privacidad y anonimato, una vez roto, se crean
pequeñas conversaciones que facilitan las relaciones off-line dentro del tecnoespacio. Algunas de estas situaciones,
comenta la autora, son la necesidad de solicitar ayuda cuando tenemos problemas
técnicos, jóvenes que quedan en un cibercafé para navegar juntos, grupos que
forman equipos de jugadores on-line y off-line
en los cibercafés,…
Una de las críticas más fuertes
que reciben las relaciones interpersonales
en la red es la pérdida del contacto
cara a cara, de las sensaciones que se perciben por nuestros sentidos, del
mensaje gestual que acompañan a nuestras palabras, de las emociones que se
transmiten. Pero la nueva generación de jóvenes familiarizados con las TICs han
desarrollado distintas habilidades para la comunicación
simbólica e interactiva, dando lugar a lo que muchos denominan "nuevos
lenguajes", en el que los iconos desempeñan un papel crucial. El icono es
el término al que recurrimos para referirnos a un mensaje visual que no podemos
denominar "imagen", ya que no es la percepción mental que nos
formamos, más bien se trata de una unidad discursiva especialmente delimitada
por uno o varios referentes. Los iconos han evolucionando dando lugar a los
emoticonos y se refiere a una secuencia de caracteres que representa una cara
que expresa una emoción o estado de animo (alegría, tristeza, enfado,…). Suelen
utilizarse en las relaciones interpersonales
digitales que tiene lugar en foros, sms, chats,
correo electrónico, entre otros.
2. RIESGOS DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN LA RED
Producto del uso y aplicación de
las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(NTIC) en el contexto social, especialmente en el familiar, surgen dentro de la
sociedad una serie de problemas éticos vinculados con la forma en que impacta
la aplicación de dichas tecnologías en las relaciones sociales. Las nuevas modalidades de comunicación digital abren una brecha en las relaciones interpersonales que tiene efectos
positivos y negativos, derivados principalmente de los cambios que éstas
promueven en los géneros comunicativos y materiales de las relaciones interpersonales, así como en la
percepción del espacio y del tiempo, distinta de la sostenida tradicionalmente.
A continuación, se recogen algunos de los riesgos que se encuentran vinculados
a las relaciones interpersonales
digitales: aislamiento social,
superficialidad, ciberbullying, pornografía y adicción.
2.1. Superficialidad y falsas identidades
Hay quien defiende que las nuevas
tecnologías están promoviendo un mayor aislamiento de las nuevas generaciones
quienes permaneces durante horas y días encerrados en sus casas interaccionando
con las TICs. Sin embargo, ya en el apartado anterior pusimos de manifiesto que
los adolescentes se sirven de las posibilidades que le brinda Internet para comunicarse con su
círculo de amistades. En este sentido, las nuevas investigaciones verifican que
las relaciones on-line no han destruido las relaciones sociales físicas sino que las han
reforzado (Kazmer 2001, Matei y Ball-Rokeach 2001; Wellman, et al. 2002)
Una vez que se ha puesto de
manifiesto que Internet no aísla,
sino que por el contrario favorece otro tipo de relaciones complementarias a
las presenciales, el punto de debate se centra en la calidad de las relaciones.
Actualmente la hipótesis que esta siendo cuestionada es que Internet favorece un tipo de relaciones
superficiales, o al menos de una calidad inferior a las mantenidas
presencialmente.
Los pilares que sustentan esta
afirmación parten de la percepción generalizada de que los jóvenes hacen un mal
uso de Internet y de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. De acuerdo con estas opiniones, se trata de espacios dónde la juventud
habla de tonterías, se inventa identidades y se explican cosas irrelevantes; y
dónde no aprenden nada.
Otro de los riesgos de las
relaciones a través de la red es el
de adoptar falsas identidades, siendo muy común que un pederasta adopte la
identidad de un niño, que una niña de 12 años adopte la identidad de una
muchacha de 17 años, etc. Estas actuaciones por parte de los usuarios esta
mermando la calidad de las relaciones en redes,
pues como puede observarse en la transcripción de un chat que traemos a modo de ejemplo, los mismos usuarios desconfían
de la identidad del otro, no se encuentran seguros de que le estén diciendo la
verdad.
A pesar de que el engaño y la
superficialidad es otro de los riesgos de las TICs, éstos no son exclusivos de
las relaciones interpersonales
digitalizadas, pues se trata de un aspecto actitudinal, más que tecnológico. La
persona que tiene predisposición al
engaño y la mentira recurrirá a esta forma de expresión tanto en sus relaciones
virtuales como presenciales.
2.2. Acoso escolar en la red. Ciberbullying
Recientemente, el tradicional
bullying se ha visto acompañado de otras modalidades de acoso entre escolares
apoyadas en las nuevas tecnologías: Cyberbullying. Si el bullying estaba ya
presente en las aulas, tal y como aseguran algunos estudios sobre el tema,
(Avilés y Monjas, 2005), no es de extrañar que con el avance en las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y
con el uso cada vez más frecuente por parte de los adolescentes de Internet, ahora los acosadores usen la Red
para intimidar a sus víctimas a través de correos electrónicos, conversaciones vía messenger, o
ridiculizándolos a través de chat
con otros compañeros de clase, de modo que la víctima puede verse doblemente
acosada: en el aula (donde hablaríamos de malas relaciones interpersonales presenciales) y en la Red
(malas relaciones interpersonales
virtuales).
Cuando hablamos de ciberbullying hacemos referencia a una
modalidad de acoso escolar mediante la que los acosadores se apoyan en las
nuevas tecnologías para intimidar a un compañero. Se trata de generar
situaciones de violencia, que han sido intencionalmente provocadas, para
grabarlas en el móvil o en vídeo y poder exhibirlas después como trofeo, a
través de cualquiera de las posibilidades que les proporciona la tecnología: el
correo electrónico, las conversaciones
vía messenger, ridiculizándolos a través de chat con otros compañeros de clase, mediante el teléfono móvil y
mensajes SMS, incluyendo no sólo texto sino también imágenes concretas sobre
algún hecho de bullying.
Quizás, una de las modalidades de ciberbullying más comunes y extendidas
entre los adolescentes es la de utilizar el teléfono móvil para hacer fotos a
su víctima en clase y luego distribuirlas entre los compañeros o colgarlas en la Red ,
haciendo comentarios sobre los defectos físicos o comportamientos concretos de la víctima en clase. Se trata de una
forma rápida y de fácil distribución que el acosador utiliza con frecuencia
para ridiculizar a su víctima ante sus amigos, ya que se trata de una
tecnología muy generalizada entre los jóvenes, quienes poseen un alto dominio
de la misma. Desgraciadamente, los ciberacosadores pierden la visión ética del
uso que están haciendo de la telefonía móvil y de otras tecnologías,
relativizan el daño ocasionado a los demás, convirtiéndolo en sucesos
aparentemente "normalizados" entre los de su generación. La capacidad
empática, fundamental como mecanismo de prevención de este tipo de acoso, esta
perdiendo la batalla ante la risotada o diversión que ocasiona este tipo de
sucesos.
A pesar de todo esto, no debemos
prohibir a los adolescentes que usen las nuevas tecnologías, ya que éstas
también tienen su cara positiva. Creemos que lo más adecuado sería enseñarles a
usarlas correctamente, tanto desde el ámbito escolar como en el familiar, y a
ser conscientes de cuándo pueden estar ante una situación de riesgo y cómo
actuar ante tal situación. Por ello, es importante que los educadores
(profesores y padres) conozcan cómo actuar o dónde y a quién acudir cuando
sospechen o se les comunique que su hijo/a está siendo víctima de una caso de
acoso, ya sea en su modalidad presencial (bullying) o virtual (ciberbullying). No obstante, sea cual
sea la situación de acoso ante la que nos encontremos, presencial o virtual; o
sea cual sea el rol que esta ejerciendo, víctima o acosador, hay que convencer
al menor de que no está solo, que hay personas dispuestas a ayudarlo y que hay
soluciones reales para resolver su problema. En esta línea, se han creado
asociaciones de especialistas en educación que prestan sus servicios en la Red ,
como la asociación "Protégeles" (www.protegeles.com).
En la Región de Murcia también se
han llevado a cabo actividades para luchar contra la violencia en las aulas y
en la Red , se trata del "Observatorio para la Convivencia ", que
es un órgano que desde la
Consejeria de Educación investiga, analiza la situaciones de
violencia que puedan producirse en los centros y propone las intervenciones y
actuaciones necesarias para mejorar el clima y la convivencia escolar.
2.3. Pornografía Infantil
Hace unas décadas, existía una
cierta represión frente a todo lo referido al sexo y sus formas de
manifestación; pero en la actualidad, existe una gran variedad de posibles
formas de manifestar y expresar la sexualidad, así como una amplia oferta de
material sexual que se nos ofrece a diario en los quioscos, los videoclubs, los
sexshops, y las cadenas televisivas. En esta línea, hemos comprobado cómo desde
hace años los medios clásicos de comunicación
(cine, televisión, publicidad...), emplean una visión erótica del cuerpo humano para atraer y mantener la
atención de las audiencias con fines comerciales e ideológicos, influyendo de
esta manera, en la configuración de los valores y creencias acerca de la
sexualidad.
Por ello, no es de extrañar que
las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación como
Internet, hayan supuesto un potente
medio de transmisión de información sobre pornografía infantil, poniendo al
alcance de cualquiera un mercado virtual en el cuál puede elegir en función de
gustos y preferencias. De ahí que podamos decir que otro de los riesgos que
corren los jóvenes en la red es el
de caer en manos de personas que utilizan Internet
como vía para buscar soluciones que satisfagan sus deseos sexuales más
retorcidos.
Según un estudio llevado a cabo
por el equipo del profesor Da Rosa (2004), dentro de los servicios que ofrece Internet, los más usados con fines
pornográficos son: el correo electrónico, los canales chat, el messenger, los sitios web y las comunidades virtuales. Existen distintas modalidades de delito por
pornografía infantil: los pederastas que abusan de menores y la
comercialización de formato audiovisual. En el primero de los casos, los
pederastas suelen establecer el primer contacto en un canal de chat, luego la comunicación deriva hacia el envío de archivos mediante el uso del messenger, o hacia la difusión de la
dirección de una comunidad virtual, el intercambio de direcciones de correo
electrónico de un servidor gratuito tipo hotmail, o la difusión de la dirección
de un sitio web alojado en un
servidor gratuito. Otra forma de pornografía infantil muy extendida es la
difusión a través de web que suelen darse de alta y de baja con frecuencia en Internet o cambiar de nombre para no levantar
sospechas.
Por todo ello, se ha hecho necesario aprobar leyes para protección de
los menores (Ley del Menor), que recogen entre otras cuestiones preservar
el desarrollo físico, mental y moral de los mismos, sometiendo a control y
regulación la emisión de programas que atenten contra dicho principio. En esta
línea, Vitit Muntarbhorn (cit. Ferreiro Caprio, C. et all, 2006) expresa:
"no puedo juzgar los pros y los contras de la prostitución adulta. Sin
embargo, la prostitución infantil es inadmisible, es una explotación y
victimización del niño porque disminuye su desarrollo. Es perjudicial para el
niño física y espiritualmente, y está en contra de los derechos del niño".
Asimismo, la educación se ha convertido en una herramienta fundamental para proteger
a los menores de cualquier tipo de abuso, en este caso, el de la pornografía
infantil, tanto presencial como virtual.
Este fenómeno debe ser atacado
mediante la conformación de equipos multidisciplinarios que encaren el análisis
del tema, y el desarrollo y puesta en práctica de medidas legislativas,
técnicas, educativas. A nivel legislativo, se debería estimular la creación de
un marco legal global contra la pornografía infantil que regule al mayor número
posible de países pues basta que un solo país sea permisivo, para que su
difusión alcance a toda la red. A
nivel técnico, entre otras medidas, se podrían desarrollar recursos que
permitan detectar los sitios que realizan la difusión de pornografía infantil
en la red. A nivel educativo, se
debería preparar al personal docente en el manejo y detección de situaciones
donde los niños son objeto de abuso sexual o sufren el contacto con el tema a
través de Internet; capacitar a los
padres para hacer un uso controlado de la conexión a Internet en el hogar; ofrecer en la escuela a los niños una
educación sexual que les proporcione elementos para no estar indefensos frente
a lo que pueden encontrar a través de Internet.
2.4. Ciberadicción
Si hablamos de los posibles
riesgos que las relaciones interpersonales
en la red pueden entrañar, no
podemos olvidar la adicción o, mejor dicho, ciberadicción, la cual consiste en
un uso "compulsivo" de Internet,
que puede afectar a las relaciones familiares, sociales, laborales o escolares de quien la padece. Hablamos de adicción
a Internet cuando se produce una
pauta de uso anómalo. Se trata de una utilización excesiva donde el individuo
ha perdido el control, donde se producen unos tiempos de conexión anormalmente
altos. Lo cual va a dar lugar a un aislamiento del entorno del individuo, y le
va a llevar a desatender sus obligaciones de la vida social en general, como son las académicas, laborales o
familiares.
La relevancia que ha alcanzado el
llamado Síndrome de la Adicción a Internet,
(Villanueva Meneses, 2006) está suscitando una gran polémica entre los
profesionales de la educación y el campo médico, hasta tal punto que podemos
establecer dos modalidades respecto a la cuestión de si Internet genera o no adicción: los que se posicionan a favor y los
que se posicionan en contra. Entre los profesionales que apoyan esta idea
encontramos a Ivan Goldberg, Kimberly Young y Enrique Echeburúa quienes
establecen criterios como un tiempo elevado dedicado a la conexión a Internet y muchas horas dedicadas a
actividades relacionadas con la red,
para el diagnóstico del síndrome (Villanueva Meneses, 2006). Estos autores
coinciden en señalar como síntomas de la misma tener sensación de euforia o
bienestar cuando se está frente al ordenador, y por tanto, de depresión, vacío
irritabilidad cuando no se desarrolla una actividad con él; abandono de las
relaciones con la familia y los amigos, incapacidad para dejar la actividad que
estemos realizando con el ordenador, falta de higiene personal, desordenes
alimenticios y de sueño, etc (Hetch Orzack, 2003).
Por el contrario, oficialmente en
el colectivo médico y en los manuales tanto de psicología como de psiquiatría,
no está considerada la existencia de una adicción a Internet como tal. En esta línea, Helena Matutes (2002) reconoce
que la adicción a Internet no
existe, no es una enfermedad reconocida como tal por el DSM ( ) IV, ni por la Asociación Americana
de Psicología, más bien se trataría de un comportamiento
compulsivo que, al no ser causado por una sustancia química, no puede ser
incluida en la categoría diagnóstica de las adicciones.
Aunque, hay ciertas
características de la propia red que
podrían facilitar esa adicción, como son el anonimato, el distanciamiento
físico, la posibilidad de usarlo cuándo uno quiere y cómo quiere, la ausencia
de comunicación verbal, la velocidad
que cada vez imprime más el medio..., pero en estos momentos no podemos afirmar
que Internet cree adicción, más
bien, se piensa en variables personales
externas a las TICs que pueden contribuir a este uso abusivo y descontrolado de
Internet.
4. PROPUESTAS EDUCATIVAS PARA FAVORECER RELACIONES ON-LINE SALUDABLES.
Por el momento nos hemos centrado
en la cara oscura de las TICs, en sus críticas, en su vertiente más negativa,
sin embargo, no queremos demonizar a las nuevas tecnologías, pues creemos que
son recursos que abren muchas posibilidades económicas, profesionales,
escolares, sociales, personales y familiares. Como hemos
puesto de manifiesto a lo largo de nuestra aportación, Internet es un recurso útil, siempre que se use adecuadamente,
porque nos permite obtener información valiosa sobre una gran variedad de
temas, mantener relaciones interpersonales
satisfactorias con personas, hacer lecturas on-line de periódicos, revistas...
Teniendo en cuenta ésto, en este apartado pretendemos ofrecer orientaciones
educativas de carácter general que pueden servir a padres y profesores para
enseñar y contribuir a que sus hijos hagan un correcto uso de Internet y sus recursos.
1.- No poner el ordenador en la
habitación del chico/a y en cualquier caso poner la pantalla de forma que esté
visible a quien entra o está en la habitación. Con ello no pretendemos que los
padres se conviertan en "policías" que vigilan de manera autoritaria
las páginas que sus hijos visitan. Se trata de conocer, sin perturbar
excesivamente su intimidad, que información consulta el niño en la red. Además, si el ordenador está
instalado en una zona común de la casa, es decir, en un lugar que es compartido
por todos los miembros de la familia, se está contribuyendo a la vez a que no
se produzca un distanciamiento entre padres e hijos como ocurre en muchos
hogares en los que los menores disponen de televisión y ordenador en su propia
habitación. De este modo, podemos obtener un doble resultado: saber mejor qué uso
hacen nuestros hijos de Internet y
potenciar a la vez las relaciones familiares presenciales.
2.- Formar a los padres en las Tecnologías de la Información y la Comunicación. No se trata de que los padres alcancen el mismo nivel de manejo de sus
hijos, sino de que conozcan el medio, para que así puedan comprender mejor a
sus hijos e interactuar con ellos, reduciendo de este modo, el
desfase generacional que las TICs suelen promover en las relaciones padres e
hijos actuales. La finalidad educativa de los padres respecto a las TICs no es
convertirse en tecnólogos, sino en orientadores e impulsores de usos
saludables. Ahora bien, cuanto mayor sea el conocimiento que los padres tienen
sobre cómo usar el ordenador e Internet,
más posibilidades tendrán de orientar a nuestros hijos para que hagan un buen
uso del mismo.
3.- Conocer y utilizar algunos de
los sistemas de protección actualmente disponibles para evitar el acceso a
sitios no aprobados a menores. A pesar de que existen mecanismos de rastreo de
páginas web y aplicaciones de sofware libre, se está comercializando un
software de filtrado que funciona, básicamente, de tres formas distintas: a
través del reconocimiento de palabras clave (restringe el acceso a todas las
páginas que contengan la palabra elegida independientemente del contexto en que
se utilice); la confección de "listas negras" (evita el acceso a
páginas webs de contenido inadecuado en función a unos descriptores que actúan
de bloqueadores, aunque su limitación es debido al carácter cambiante del
ciberespacio) y el método relacionado con la tecnología PICS, Plataforma para la Selección del Contenido
en Internet, (pretende etiquetar,
según un código o ley de funcionamiento, los contenidos de Internet bloqueando el acceso a los que clasifique como
inadecuados). A pesar de que éstos sistemas, favorecen que los padres se
encuentren más tranquilos cuando los menores hacen uso de Internet y no haya ningún adulto en casa, no deben suplantar las
medidas educativas favorecedores de un uso correcto de la red, que contribuyen a un mayor desarrollo cognitivo y actitudinal.
4.- Hablar habitualmente con el
chico/a respecto a la "navegación" en Internet, tratando de obtener información sobre lo que ve y
consulta. Esta medida permitirá aconsejarles sobre aquellas páginas que se
consideren apropiadas y útiles para su edad. De modo que, a la vez que
fomentamos la comunicación
intrafamiliar, podemos motivar a nuestros hijos a que se mantengan informados,
aconsejándoles sobre cómo seleccionar información adecuada y cómo ser críticos
con la información que consultan.
5.- No facilitar información
privada. Se trata de enseñar al menor a que cuando se conecta al chat no debe dar, ni pedir,
direcciones, número de teléfono o cualquier información que pueda
identificarlo. Es preciso ser claros, pero sin alarmarlos, sobre los riesgos
que pueden derivarse de "chatear"
con desconocidos.
6.- Realizar actividades on-line (navegar, chatear,
jugar en red, consultar periódicos
virtuales, visitar foros y páginas web...) algunas veces junto al niño, para
inducirlo a una mayor confianza con los padres respecto a los contenidos de la red que le interesan. Asimismo,
favorecerá una "retroalimentación" entre padre-hijo, ya que les
permitirá disfrutar de compartir un tiempo juntos y contribuirá a evitar que Internet adquiera la imagen de un
intruso familiar.
7.- Construir junto al chico/a,
"reglas consensuadas" para navegar en Internet, sin imponérselas. Cuando decimos consensuadas hacemos
referencia a que han de ser el resultado de un proceso democrático entre padres
e hijos, es decir, se trata de que entre todos determinen que reglas o normas
benefician a ambos, de modo que el menor no vea las normas como algo que le
impone un adulto, sino como el resultado de un consenso, de tal forma que le
sea más fácil interiorizarlas, (Hernández y Díaz, 2006).
8. Determinar el tiempo de
conexión. Se trata de enseñar al niño a tener autocontrol en lo que respecta al
uso de las TICs, de manera que planifique y distribuya su tiempo, tendiendo en
cuenta que no puede desatender el resto de sus obligaciones personales, (higiene, alimentación,
tareas escolares, amigos, actividades fuera de casa, reuniones familiares,…).
El niño tendrá que aprender a controlar el tiempo que invierte en las
actividades que realiza en Internet,
estableciendo a priori una hora de inicio y una hora de desconexión. De este
modo evitaremos futuros problemas de dependencia o adicción.
A continuación, y siguiendo
algunas de las recomendaciones que la Asociación Española
de Pediatría (AEP, 2004) exponemos una serie de recomendaciones destinadas a
los jóvenes para favorecer un uso responsable de Internet:
Por último, señalar que muchos de
los principios que hasta el momento han regulado unas satisfactorias y
adecuadas relaciones interpersonales
presenciales, son trasferibles a las relaciones digitales. En este sentido,
Laborda (2005) destaca la importancia de promover un contacto personalizado y
no impositivo, de mantener los buenos modales en la red, en el que la comunicación
se encuentre regulada por los principios de la cortesía: tacto,
confidencialidad o discreción, cantidad informativa, relevancia, una escritura
formal y adecuada, así como prudencia, ya que el mensaje (la escritura) en las
relaciones on-line perdura.
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